La nueva medida permite
"una convivencia con límites". A partir de hoy (13/08/08), los docentes podrán realizar apercibimientos de manera directa. Los profesores secundarios de la ciudad de Buenos Aires recuperaron hoy la autoridad para sancionar indisciplinas, por lo que estarán facultados para castigar el uso de teléfonos celulares, la interrupción de la clase con ruidos, o la utilización de lenguaje grosero, informó la agencia Noticias Argentina. El ministro de Educación porteño, Mariano Narodowski, explicó que a partir de hoy los docentes podrán sancionar de manera directa a los alumnos por faltas leves, sin la necesidad de pasar por el Consejo de Convivencia.(!) "Hay que devolverle la autoridad a los docentes, trabajar junto a ellos para que los adolescentes vean claramente qué es lo que está bien y qué es lo que está mal", señaló el funcionario.
Al menos para mi, es un buen comienzo.
La nueva medida permite "una convivencia con límites". A partir de hoy (13/08/08), los docentes podrán realizar apercibimientos de manera directa. Los profesores secundarios de la ciudad de Buenos Aires recuperaron hoy la autoridad para sancionar indisciplinas, por lo que estarán facultados para castigar el uso de teléfonos celulares, la interrupción de la clase con ruidos, o la utilización de lenguaje grosero, informó la agencia Noticias Argentina. El ministro de Educación porteño, Mariano Narodowski, explicó que a partir de hoy los docentes podrán sancionar de manera directa a los alumnos por faltas leves, sin la necesidad de pasar por el Consejo de Convivencia.(!) "Hay que devolverle la autoridad a los docentes, trabajar junto a ellos para que los adolescentes vean claramente qué es lo que está bien y qué es lo que está mal", señaló el funcionario. Al menos para mi, es un buen comienzo.
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2 Comments:
Estas noticias me causan mucha gracia. Será otro fracaso. A mayor represión, mayor rebeldía. Por que tanto afan disciplinario? Los profesores que se hacen respetar, no necesitan amonestaciones. Ricardo Yamone
Recuerdo cuando nos ponían amonestaciones masivas, o porque se les cantaba, y minga de preguntarnos si realmente habíamos sido nosotros ni porqué lo habíamos hecho, ¡minga de derecho a la defensa!
Tampoco es de extrañar de un inútil como Nabodowski, seguramente no se siente respetado.
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